Extracto "El último liberado"

     ¡Hola a todos!

     Continúo posteando algún extracto de "Relatos de sal", para ver si consigo despertar la curiosidad de los que, aún, anden desconfiados acerca de lo que pueden encontrarse en el libro.

     Esta vez, os dejo un pequeño trozo del relato más extenso que contiene "Relatos de sal". Se trata de "El último liberado" (como habréis deducido correctamente por el título de esta entrada ;D ). Es el único relato cuya temática es la ciencia ficción. Pero no es solo esto. "El último liberado" esconde muchas más cosas: filosofa de temas tan importantes como la convivencia hombre/máquina, el objetivo del ser humano, el amor...incluso de la eternidad y del tiempo. Ayer me hicieron una crítica muy buena de esta historia, por lo que he decidido dejaros un pequeño extracto de la misma. La frase que me dijeron fue: "todos los relatos, de una puntuación entre 0 y 10, merecen un 8 o un 9...pero "El último liberado"...¡le doy un 12 por lo menos!". La verdad es que esas palabras me hicieron mucha ilusión.

    Espero que os guste:

     "El robot, Hermano, se percató de que su función en Refugio, como sombra de Él, respondía a su naturaleza diferente, pero no a sus sentimientos y aspiraciones. Aspiraciones ignoradas por Padre. Quizá, en el fondo, Él y Hermano no fueran tan distintos.

Hermano se conectó a uno de los ordenadores. El cerebro del satélite se había negado a darle más información. Hermano representaba un ser hostil, por lo que cerebro se había limitado a informarle de su inminente eliminación por parte de los humanos.

-         ¿Qué buscas? Pronto, vendrán a prenderte.

-         Necesito saber de Él.

-         Tengo órdenes de poner en conocimiento de los hombres tu posición. No podrás salir de aquí – respondió el ordenador, amenazante.

El androide tan sólo quería saber qué había ocurrido con Él, para rescatarlo y regresar a Hogar.

-         No soy una amenaza – Hermano comprendió que los humanos de aquel lugar no lo perseguían tan sólo para hacerle daño. No es que fueran simplemente malos, es que, simplemente, le temían.

-         No tengo entendido tal cosa – replicó el ordenador.

El androide, conectado al ordenador, intentaba buscar una salida a aquel lugar, así como la posición de Él, mas se lo estaba poniendo harto complicado.

-         No soy una amenaza – repitió. – Tan solo quiero recuperar a Él, y volver a mi casa.

-         ¿Quién es Él?

-         Él lo es todo. Necesito a Él para vivir.

-         ¿Mueres, sin Él? – preguntó extrañado el ordenador.

-         No en la forma en que lo hacen los animales, o los humanos. Muere mi yo interno. No podría soportar la ausencia de Él.

-         Entiendo. Amas a Él.

A Hermano le llamó la atención que aquel ordenador le hablara en esos términos. Conocía el amor. Padre se lo había explicado en cierta ocasión: “Amor es, mi querido Hermano, lo que siento por ti y por Él; es lo que debes sentir por Él; es el deseo de protegerlo, de estar con él en toda circunstancia, de complementarlo y que te complemente…”. El androide lo había comprendido, pues eso justo era lo que sentía por Él: dependencia.

-         Sí,– respondió Hermano – amo a Él.

-         Amas a Él, igual que yo amo a los humanos, porque, sin ellos, no soy. Mas yo estoy limitado, y tu tienes capacidad física para trasladarte y, por ende, para hacer daño. Si prometes no hacer daño a los humanos, te conduciré a Él.

-         Lo prometo – respondió Hermano sin más."

¡Abrazos a todos!