En cierta ocasión, alguien empezó
una reseña sobre mi libro “Relatos de sal” con la siguiente frase: “¿Se puede
hacer la reseña del libro de un amigo?”. Se refería evidentemente a una reseña
objetiva, una reseña en la que pudiera ser sincero con los potenciales lectores
sin dañar el ego del autor. Ahora, dicha frase cobra total sentido para mí,
pues el autor de la obra que hoy traigo a la palestra es amigo mío, un gran
amigo mío: Carlos Moreno Martín. Ni que decir tiene que le tengo mucho aprecio.
Hace un tiempo que mantengo el contacto
con Carlos por Facebook. La afición por las letras hizo que nos encontrásemos
en los mundos virtuales, y ha sido un gran apoyo en la aventura que inicié en
Amazon con la publicación digital de “El alma que vistes”, mi segundo libro. Me
enseñó cómo maquetar mi obra, cómo subirla a la plataforma, cómo promocionarla…
Es decir, es uno de los pocos autores a quienes no importa ayudar a un
compañero de letras a prosperar en este competitivo mundo, pues Carlos no cree
en eso de tirar por tierra el trabajo del prójimo para vender novelas propias,
sino que confía ciegamente en el trabajo personal para medrar como escritor. Y de
eso de trabajar, de escribir, de ser prolífico en la literatura, Carlos
entiende un huevo.
Cuando supe que iba a compilar la
primera trilogía de su saga más exitosa de Amazon, “Quinox, el ángel oscuro”, y
que la iba a publicar en papel, no pude sino adquirir un ejemplar que Carlos
tuvo a bien autografiarme, muy amablemente.
Hace unos días que la he terminado,
y por fin puedo abordar el título para su reseña.
Para empezar haré un pequeño resumen
argumental: tras un trágico suceso, el joven Tom Randall decide regresar a la
ciudad que lo vio crecer, Raven City. Allí deberá enfrentarse a fantasmas del
pasado desenterrados por una fuerza misteriosa. Tom se verá envuelto en una
violenta espiral en la que el destino de la humanidad está en juego. Por
suerte, cuenta con una serie de poderosos aliados y, lo más importante, con sus
poderes sobrenaturales.
Tom se nos
presenta como un hombre solitario que parece vivir en la cuerda floja, pues
desde las primeras páginas de la obra lo encontramos metido en según qué
asuntos turbulentos. La sorpresa llega cuando nos enteramos de que Tom goza de
poderes extraordinarios, como la capacidad de lanzar objetos o personas por los
aires sin tocarlos. Vislumbramos una lucha interior en Tom ya que por un lado
se gana la vida de manera éticamente reprobable, pero por otro se hacen
evidentes sus ganas de cambiar, de evolucionar y ser mejor persona. El amor que
siente por una mujer y la venganza del hermano de un hombre en cuya muerte
estuvo implicado, serán los detonantes de una vorágine de acontecimientos que
arrastrarán a Tom Randall a una lucha por salvar a toda la humanidad.
He aquí la nueva portada que yo aún no había visto. Es muy chula:
Ahora toca la parte más complicada:
mi valoración objetiva.
Para ser justo, decir que “Quinox,
el ángel oscuro”, es una historia distinta. Diría que es el germen de una gran
saga, el tallo tímido que brota de entre la nieve en el frío invierno en el que
se ha convertido la repetitiva literatura actual. El problema es que se queda
en eso, en un buen intento. Lo positivo de “Quinox, el ángel oscuro”, es que
tiene mucho jugo: los personajes son interesantes, la trama atrayente… Carlos
logra crear todo un universo al que se le puede sacar mucho partido. Lo que me
da la sensación, y aquí viene la parte negativa, es que Carlos no se ha parado
a revisar la obra como se merecía. Y esto lo digo porque nos encontramos
expresiones que se repiten hasta la saciedad (“cayó como un fardo”), lo que
resulta exasperante. Culmina muchas escenas de la misma forma, y quedan muchos
flecos sueltos: ¿Qué eran las letras que brillaban en la prisión y quién era el
viejo que parecía invocarlas? ¿De dónde vienen los Eternos? El personaje de Tom
Randall es bastante completo, pues es una persona compleja, llena de
contradicciones, como la vida misma; no me gustó de él lo fácil que le resulta
enamorarse: desde Meredith hasta Llama Blanca pasando por Jenny, Tom babea por
las tres, o al menos es la sensación que me ha dado a mí. Creo que Carlos
tendría que haber centrado el amor en una nada más, un amor posible o
imposible, ya veríamos, pero los sentimientos de Tom dejan de ser creíbles en
el momento en que se enamora de cada una de las protagonistas femeninas que
aparecen a lo largo del libro.
Me gustó mucho el broche final, el
último capítulo. Creo que es de los mejores de todo el libro, por lo que en sus
últimas páginas la obra toma una deriva ascendente que nos deja con el
gusanillo dentro del cuerpo.
En resumen, “Quinox, el ángel oscuro”
es un buen inicio, una buena base sobre la que cimentar algo más grande de lo
que encontramos en el libro. Desde aquí aconsejo a Carlos Moreno, si me lo
permite, que saque una nueva edición revisada y mejorada de la obra. Si varía algunas expresiones, explica mejor según qué
tramas y motivos, creo que logrará un libro inolvidable.
Si queréis formaros vuestra propia
opinión, os dejo el enlace. Seguro que no os defraudará:
Un abrazo.
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