En la entrada anterior
os hablé sobre el protagonista de mi nueva obra, en proceso de escritura. Ian
Malone, un tío egoísta inmerso en una vida caótica que, debido a los azares del
destino, presencia cómo la vida de los demás se va desmoronando mientras la
suya se recompone. En la historia no falta acción, suspense, fantasía y otros
tantos ingredientes fundamentales con los que me gusta construir mis obras.
Quien me haya leído sabrá a qué me refiero. No obstante, a medida que iba dando
forma a la existencia de Ian Malone, notaba que a la obra le faltaba algo. No
sé, libros como el que estoy preparando existen a patadas, algunos muy
conocidos y otros que jamás llegaron a despegar. ¿Cuál debía ser el factor que
estableciera la diferencia entre el mío y el resto? Pues estaba en mi papel de
amo de casa cuando, sin previo aviso, la inspiración tocó mi hombro y me
susurró al oído. Ignoro si es una buena idea o no, pero me parece que el nuevo
giro que estoy dando a la historia le sumará originalidad, que es lo que
siempre busco en mis escritos.
Hoy es todo lo que os puedo
adelantar.
Por otro lado, vengo con dos nuevas
reseñas de “El alma que vistes” bajo el brazo. En realidad una de ellas reseña
el libro completo y, la otra, la segunda parte, “Mario”.
La primera reseña viene de la mano
del blog “Caminando entre libros”, y me ha servido para reflexionar
profundamente. Si bien la reseña es positiva, y la administradora del blog deja
claro que le ha gustado el libro, en dicha reseña explica tan poco del
contenido, pasa tan de puntillas sobre el fondo de la historia, que prácticamente
no dice nada. No quiero que se me malinterprete: mejor así. Me gusta que los
lectores que dan una oportunidad a mis obras se sorprendan desde la primera
página. La administradora del blog lo hace genial señalando cuatro o cinco
ideas generales de la obra para no destripar lo bueno. Sé que se lo he puesto
muy difícil, pero una reseña de ese tipo puede llegar a ser contraproducente, porque
casi no se desvela nada del libro, lo que provoca que los lectores potenciales
casi no lleguen a vislumbrar lo que se esconde detrás del título. La consecuencia
de todo: que pueden mostrarse reacios a leer “El alma que vistes” teniendo en
cuenta la ingente oferta de libros electrónicos que pulula por la red. Mejor
leer uno del que ya sabemos algo que otro del que no tenemos ni idea de qué trata.
Desde aquí les animo a que lean el libro, y no porque lo haya escrito yo (:D)
sino por Don Íñigo y la abominación, por las hermanas Ana, por Santa Fortuna,
por Vella, por las Carboneras, por los amantes de “La señal púrpura” y por
tantos y tantos otros personajes que aparecen a lo largo de las páginas
colaborando con su pizca de magia a que el libro sea todo un festival de
imaginación y fantasía. Me reitero en el agradecimiento al blog “Caminando
entre libros” por el tiempo dedicado a leer y reseñar “El alma que vistes”,
pero no podía dejar de hacer esta apreciación en mi blog. Un abrazo desde aquí
a Xula ;D. Os dejo el enlace a la reseña:
La segunda reseña, que se refiere a
la parte dos de “El alma que vistes”, “Mario”, también es muy positiva. Ha
tenido a bien realizarla el administrador del blog “Lasletrasmolan”. Aunque
esta vez sí que se destripa algo más del argumento, me ha llamado la atención
el comentario que hace el administrador del blog con respecto a uno de los
relatos que aparecen en esta segunda parte. Me ha llamado la atención, digo,
porque ya me han hecho comentarios similares otros lectores. Y es que el
administrador del blog indica que “La señal púrpura” le ha gustado mucho, tanto
que podrían hacer una película de ese relato, según afirma. Os dejo la
literalidad de su frase: “Especialmente llamativo es
el de La señal púrpura, que no quiero desvelar y que
sería merecedor de ser llevado al cine como una
versión romántica de Mátrix o de Abre los ojos. Ya no
quiero decir más, prefiero que lo leáis vosotros si
tenéis ocasión, porque a mi juicio es increíble”. Como
siempre, agradecer al administrador del blog el trabajo de lectura y reseña
realizado. Os dejo el enlace a la reseña:
Y, por ahora,
esto es todo. Como siempre, animaros a que os acerquéis a mis obras, a que le
deis una oportunidad, las saboreéis y disfrutéis con tranquilidad. No quedaréis
defraudados.
Un abrazo.
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